sábado, 12 de noviembre de 2011

Japon




Capital Tokyo.
Lengua japonés.
Gobierno Monarquía constitucional con un gobierno parlamentario
Moneda Yen (Y).

ACCESO.
Vía directa. No tiene.
Vía indirecta. Air France desde Paris hasta Tokio.
DOCUMENTACION.
 Es necesario pasaporte y la condición de turista debe estar sumamente justificada con datos como el objetivo del viaje, el lugar de alojamiento, las fuentes económicas de las que dispondrá para su experiencia en el país y el visado correspondiente.
CULTURA.
El arte japonés está impregnado de valores éticos, y esta idea condiciona todas sus expresiones. El concepto de Bushido, como adhesión a la naturaleza, que todo lo gobierna, da lugar a su gran protagonista artístico: el paisaje. Y es la contemplación de éste, que se refleja en el motivo esencial que encontramos en una muestra pictórica del Monte Fuji; en una reproducción xilográfica de la isla de Itsuku o en la extensión arquitectónica «natural» que representan los templos de Kyoto.
Por ello, además de las manifestaciones protagonistas como la pintura, la escultura o la arquitectura, otras artes menores como la artesanía tienen un gran desarrollo en la cultura japonesa,se destaca el periodo Heidan (782-1185) cuando Japón encuentre su definición nacional del arte, con rollos pintados decorativos de delicados colores florales.
La arquitectura tiene un lugar privilegiado en las artes, como intento de fusión con la naturaleza, moldeando maderas y piedras hacia suaves formas que se insertan en el paisaje.
Las representaciones dramáticas tienen en esta cultura dos estandartes claros: el teatro melodramático Kabuki y el No, teatro formal de máscaras. Además, mención especial merece el Ikebana o el arte floral.
En la literatura clásica japonesa resultan ineludibles los «Haikus» o sistema de estrofas de poesía, en medio de una prolífica literatura escrita por mujeres.
FIESTAS.
Las peculiaridades de las religiones principales en Japón – Sintoísmo y Budismo-, alejadas de los ritos judeocristianos y  a la exaltación de fenómenos de la naturaleza.

El «matsuri» o festival abarca un crisol de rituales de fuegos artificiales, danzas sagradas, agradecimientos por la salud o el trabajo, o competiciones de poesía. Por encima de todas ellas, el «Oshogatsu» o fiesta de Año Nuevo (del 28 diciembre al 4 de enero) tiene una simbología especial, con elementos decorativos que cumplen los deseos pedidos –como los muñecos Daruma-, la primera comida del año, que asegura buena suerte o regalos de Año Nuevo.
Existen dos festividades que no deben perderse, por el colorido de su celebración y por la carga emocional con que las viven los japoneses.
Las diferentes fiestas locales de Mikoshi (especies de tambores gigantes que tocan voluntarios con un atuendo especial en desfiles públicos), con la emoción y los sonidos que conllevan, hacen ineludibles la participación activa, con disfrute asegurado.
Además, Obón o la Fiesta de las Almas, se celebra a mediados de julio o agosto, según los lugares. Es decir, el caluroso verano japonés abre unos días de celebración conjunta con los antepasados en un encuentro que, desde la perspectiva nipona, debe ser feliz. Por las noches, las familias peregrinan a las tumbas de los familiares anteriores y, en una especie de tributo, bailan la danza del «Bon-odori» en un intento de divertirse todos juntos. 
PRECAUCIONES.
La disposición alargada que adoptan las islas confiere al carácter climático del país una variedad amplia, dentro de los márgenes que ofrece un clima monzónico e isleño.

Sin duda alguna, la primavera es la estación ideal para contemplar Japón en todo su esplendor. Hileras infinitas de cerezos floridos pueblan el despertar estacional, desde principios de marzo en el sur hasta mayo en las islas del norte. Las intensas lluvias de junio dan la bienvenida al verano.
En caso de centrar la estancia en la época estival, el visitante deberá poner entre las primeras prioridades, un potente aparato de este tipo a riesgo de llegar a ser una vivencia algo insoportable.
En reglas generales, las temperaturas giran en torno a climas continentales, unidas a fuertes tormentas tropicales, o tifones e, incluso, a habituales y menores terremotos, que se suceden en el clima japonés.
En lo que se refiere al dinero con que debe manejarse, viajar a y en el interior de Japón es caro. Lo ideal para gastar lo necesario es: comer en restaurantes locales, alojarse en hoteles típicamente japoneses (también los puede haber muy caros, según su calidad y su belleza).

A la hora de viajar no es necesario contar con vacunas específicas o certificados médicos al tratarse de una sociedad desarrollada con condiciones óptimas de sanidad. 
Un consejo cuya relevancia no se entiende hasta que se llega a Japón: el viajero no se arrepentirá de meter en su bolsa de viaje un repelente de insectos, especialmente de mosquitos. El tamaño y la efectividad de las picaduras de estos insectos resultan propios de los climas monzónicos como el japonés, aunque pasada la sorpresa y el correspondiente picor, los efectos no dejan de ser propios de una picadura común.
GASTRONOMIA
Uno de los grandes placeres que alberga Japón para el visitante es su exquisita gastronomía, acompañada de una multitud de tipos de té. Un gusto elevado por la estética en la disposición de pequeñas raciones de platos y un cuidado supremo en el tratamiento de los alimentos hacen de esta comida una dieta sana, muy ligera y altamente proteica con pocas grasas.

El típico sushi o sashimi (pescado crudo), tempura (verduras fritas) o suki-yaki (especie de potaje de carne con verduras y algas cocinado en el momento, normalmente por los mismos comensales) son algunos de los platos más conocidos. Además de pescados y verduras, existen platos típicos de carne como yaki-tori (pinchos de pollo) o shabu-shabu (verduras y carne en tablas con diferentes salsas). Junto a todo ello, el tazón de arroz cocido, e incluso la sopa de miso (soja), son complementos básicos.

En el aspecto de las bebidas, la cerveza es la reina de toda celebración y encuentro japonés, siendo las variedades de la isla de Hokkaido, las más apreciadas. Además de los tradicionales licores y bebidas alcohólicas clásicas, el sake es el vino tradicional japonés hecho a partir del arroz. Su consumición puede ser fría o caliente; en este último caso en el cual deberemos tener mucho cuidado y  a no confiarnos de la escasa graduación alcohólica que posee. El más famoso es el té, consumido en cualquier momento del día y lugar, las variedades son increíblemente amplias y digestivas en la mayoría de los casos. Desde ocha (té verde) a los refrescantes uron-cha (de origen chino) o mugui-cha (té de trigo), tomados asiduamente en el caluroso verano nipón. 

A la hora de traer recuerdos de Japón, las tiendas especializadas en arte, cerámica y souvenirs típicos son toda una delicia para aquellos amantes de la cultura nipona. Basada en un proceso de creación milenario, heredado de generación en generación, la cerámica japonesa (tojiki) obtiene estilos con formas, colores e incluso materiales diferentes dependiendo del área regional de los artesanos. Imari-ware, en la zona de Arita (Kyushu), se distingue por ser el estilo más importante, con gran colorido y diseños ornamentales. Los costes pueden variar desde precios asequibles a auténticas fortunas, sin embargo, si estamos dispuestos, merece la pena hacerse con estas joyas de arte para toda la vida.

El kimono o traje tradicional constituye una de las vestimentas más complicadas y espectaculares, además de algo incómodas, especialmente para la persona no acostumbrada a él. Utilizado sólo para ocasiones muy especiales, pueden encontrarse en los grandes almacenes, sobre todo en la época primaveral y en el otoño.
DEPORTES
La fascinación, casi religiosa, que consiguen los espectáculos y actividades deportivas en la sociedad japonesa, da cuenta de la cantidad de clubs, eventos y recursos. 
El béisbol y el sumo agrupan a partes iguales una afición entregada, raramente fanática, mientras el fútbol es hoy por hoy un fenómeno emergente.
Por último, las artes marciales como el karate, el judo, el aikido o el kendo encuentran verdaderas escuelas especiales. Sin embargo, es el golf, con casi 14 millones de practicantes, el deporte más popular en la actualidad, con una variedad casi infinita de clubes y de cursos especializados, hasta el punto de otorgar una posición simbólica e implicar muchas veces reuniones de negocios adheridas a su práctica.

Si en lo que estamos interesados es en la propia práctica del deporte, las abundantes montañas japonesas y sus puertos preparados aseguran actividades de esquí en el invierno y de montañismo en el verano. En este sentido, la variedad es infinita, con 28 parques naturales («kokuritsu koen») en la geografía japonesa, unidos a 54 «casi» parques nacionales, convertidos en refugio de peregrinación de muchos japoneses. A mediados de semana o a finales de la época alta suele ser el periodo ideal para disfrutar de estos inmensos bosques. Los parques Fuji-Hakone-Izu y Nikko, en los alrededores de Tokio, pueden ofrece una increíble experiencia.
CIUDADES IMPORTANTES.
Tokio 
El área metropolitana de Tokio y sus prefecturas adyacentes acoge a un cuarto de la población japonesa, 12 millones de almas que viven dentro de los límites de la ciudad.
Lejos de ser una ciudad agrupada concéntricamente, Tokio se asemeja a una serie de pequeñas ciudades o barrios de muy diferente carácter.
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Kioto y Nara.
Las dos antiguas capitales, que conservan tesoros de incalculable valor y tradiciones aún vigentes, no se han visto afectadas por el paso del tiempo a lo largo de los siglos. Los templos consagrados y las calles tradicionales con fragancia de serenidad.
Kioto.
Kioto fue la capital de Japón durante más de mil años y a lo largo de estos siglos, fue cuna de gran parte de lo más elaborado que produjo el país en el ámbito de las artes, la cultura, la religión o las ideas. El Shinkansen conecta Tokyo con Kyoto en 2 horas y 40 minutos. La ciudad se encuentra a 1 hora y 15 minutos del Aeropuerto Internacional de Kansai, cerca de Osaka.En el centro de esta ciudad se encuentra el Palacio Imperial, antaño el Castillo Edo, aún se encuentra resguardado por profundos fosos excavados. Magníficas puertas y antiguas torres de vigilancia salpican las murallas a intervalos regulares. 
Decenas de templos de la época pueblan esta hoy moderna ciudad envolviendo al viajero en un ambiente mágico del Japón antiguo. Entre los templos, el Enryaku-ji integra To-To (pagoda del este) hasta Saito (pagoda del oeste) con Yokawa, la última construcción añadida. 


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Nara.
Nara, a 42 km al sur de Kyoto, es una antigua capital de Japón y fue también cuna del arte, la literatura y la cultura japonesa, aunque la industria también es muy importante.
Los principales lugares de atracción para los turistas se encuentran alrededor de la estación de tren de Nara. El parque de Nara es más conocido como "El Parque de los Ciervos", ya que las ciervas y los ciervos mansos pasean libremente.

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